Hacer un Dominguín: De Luis Miguel a Amancio Ortega
Igual que para Luis Miguel Dominguín acostarse con Ava Gadner no tenía sentido si no lo contaba al mundo; para D. Amancio dar limosnas tampoco tiene sentido si el mundo no se entera.
En abril de 1953, la actriz Ava Gardner, entonces casada con Frank Sinatra, aprovechó un descanso en el rodaje de Mogambo para tomarse unos días de vacaciones en España, donde le presentaron al torero Luis Miguel. Entre ellos surgió un romance que se prolongaría hasta finales de 1954 y que dejó una anécdota para los anales de la historia de los conquistadores y donjuanes españoles protagonizada por el padre del cantante Miguel Bosé. Cuentan que nada más terminar de hacer el amor, Luis Miguel Dominguín se levantó de la cama y se arregló, con la intención de salir. Ava Gardner le preguntó: “¿A dónde vas?” Y él respondió, mientras abría la puerta: “Pues dónde voy a ir. ¡A contarlo!”
En la actualidad, con las redes sociales, millones de personas pueden hacer cada día "un Dominguín", compartiendo todo aquello que ellos creen que no tiene valor si no se da a conocer al mundo. Esta práctica, a pesar de recibir críticas, no hace daño a nadie y su trascendencia y relevancia es más bien efímera.
Pero existen otras formas de "hacer un Dominguín" que me parecen bastante más miserables y criticables y, en cambio, son aplaudidas por la mayoría de la sociedad. Me refiero a una nueva moda, por parte de algunos falsos filantrocapitalistas, que mientras explotan laboralmente a los trabajadores en condiciones de semi esclavitud, en lejanas latitudes donde la legislación lo permite; en su país se dedican a hacer donaciones de equipamientos hospitalarios que, además de desgravar, es la mejor estrategia publicitaria de marketing para a una campaña de lavado de imagen que pueda hacer que la opinión pública pueda ver un gran empresario y benefactor, donde no hay más que un ruin explotador.
Y hablo concretamente, de Amancio Ortega, que ha creado una inmensa fortuna con prácticas de semi esclavitud, llevando sus fábricas a aquellos países donde las leyes laborales y ambientales permiten unas prácticas productivas que no serían aceptables en España. Si fuera un verdadero patriota, tendría sus fábricas en España y pagaría salarios dignos, con horarios justos, con arreglo a los convenios laborales españoles; y se sometería a la legislación ambiental española y europea.
Toda esta reflexión viene al hilo la foto que ilustra este artículo, tomada en el Hospital Universitario de Ceuta, que da cuenta de la generosidad con las limosnas de D. Amancio, porque igual que para Luis Miguel Dominguín acostarse con Ava Gadner no tenía sentido si no lo contaba al mundo; para D. Amancio dar limosnas tampoco tiene sentido si el mundo no se entera.